miércoles, 30 de marzo de 2016

Diamantes, por siempre.







Los que aprecian a las gemas naturales de la actualidad reconocen que durante muchos años las mismas han sido clasificadas en piedras preciosas o no preciosas o semipreciosas. Es una nomenclatura internacional que ha pasado de mano en mano a lo largo de diferentes generaciones de joyeros, gemólogos y coleccionadores de este tan apreciado tesoro.

Los avances tecnológicos han sido una de las razones que nos han llevado a repensar la clasificación de las gemas naturales o no así como también han puesto a prueba el ojo de los gemólogos y de los especialistas en el asunto.

Algunas organizaciones internacionales han sido avales de algunas nomenclaturas ya conocidas por el sector. Hablar de gemas naturales nos lleva a un viaje apasionante que nos permite emocionarnos por los recursos naturales de nuestro planeta.

Sabemos que la humanidad ha intentado a lo largo de los siglos encontrar, entre otros tesoros naturales, a los yacimientos de minerales. Ya sea por su  gran valor económico o por la pasión que despiertan.

Me gustaría  invitarlos a rendir un pequeño homenaje sobre este tema que tanto me apasiona: las gemas naturales de Latinoamérica. Se trata de un asunto que lo he vivido desde muy pequeña con mis abuelos así como también con mis padres. Debemos reconocer que en el mundo emprendedor nunca hay hora ni día determinado para hablar de Hablar del trabajo que uno tanto ama.

Las gemas me lleva a considerar inicialmente  que estemos atentos sobre importancia que tomemos  conciencia de que los recursos naturales son limitados y que requieren que los tratemos con responsabilidad y ética para que seamos idóneos y pongamos nuestro aporte por la sustentabilidad del planeta.

Para algunos clásicos de la Joyería, el término piedras preciosas solamente abarca a cuatro gemas que serían las “madres” de la familia de las gemas: Diamante, Zafiro, Rubí y Esmeralda.

Empezaré hablando del DIAMANTE, gema número uno del corazón de los consumidores de cualquier parte del mundo.


Los diamantes, tan famosos internacionalmente como los “mejores amigos de las mujeres” constituyen una de las gemas naturales más fascinantes del mundo de la joyería. Su nombre proviene del griego  que la traducción seria indomable, inconquistable por su durabilidad siendo así una de las gemas naturales más duras en la clasificación de los gemólogos.